viernes

La zarza

Cabe decir que te envolvieron con llamas de extravagancia; aniquilaron tu talento, convirtiéndote en médium calcinada. A menudo, por las tardes, te contemplo diáfana, girando en esa euforia de formas caóticas que producen extraños sobresaltos en la mente, como si afilados bastones de luz agujereasen la bruma de un viejo cuarto de máquinas. «Estaba pensando en un rosal cuando perdí la cabeza. «Cuidaba de un viñedo y las uvas se transformaron en tarántulas. «Seguía el declive de un arroyito y tropecé con un urinario… Descarríos de la Botánica Pura. Toda la hojarasca del sujeto quedó enganchada a las púas de un sueño recurrente; a la espuma de una voz cuyo modelo vivo sería el balbuceo, la plegaria o la canción de infantería.